domingo, 19 de julio de 2015

PAREJA ANTES QUE PADRES


A todos los que tenemos hijos esta semanas se nos presentan como un desafío. Cómo ocupar el tiempo de nuestros hijos de una manera inteligente. Donde enviarlos donde no...
Decisiones que debemos tomar juntos los dos. Y juntos en estos días y semanas pasaremos mucho mucho tiempo todos los miembros de la familia.
Ellos y nosotros, así, ellos y nosotros.
Nuestros hijos deben vernos como un todo unitario. Casi diría un bloque monolítico. 
Bien es verdad que a medida que van creciendo pueden apreciar y valorar las diferencias entre papá y mamá. Incluso será para ellos una buena escuela de cómo lidiar con las diferencias de opinión en la intimidad. 
Pero hasta que llegue esa edad de adulto o casi adulto, nuestros hijos deben encontrar en nosotros seguridad, un referente fiable. 
Por eso este tiempo de vacaciones es un observatorio magnífico para ellos. No perdamos la oportunidad, ejercitemos el diálogo el consenso entre nosotros dos. 
Pongamos muy en activo eso que sabemos bien aunque a veces se nos puede olvidar: antes que padres somos pareja. La elección la hicimos el uno por el otro, ellos vinieron después. Y así debemos vivirlo siempre, ellos nos lo agradecerán y mucho. 

domingo, 5 de julio de 2015

EN DISTINTA FRECUENCIA


Muchas veces las discusiones que surgen entre él y ella se deben sencillamente a que están sintonizados de modo distinto. Lo que para uno es un agravio tremendo para el otro resulta irrelevante. 
Un mismo hecho puede ser motivo de preocupación permanente para uno y caer automáticamente en el olvido en el caso del otro. 
El problema es que muchas veces esperamos la reacción que nosotros tendríamos y eso es sencillamente imposible. De un modo inconsciente parece como si buscáramos en la otra persona nuestro propio patrón.
¡Menuda tontería! ¡pero que fácilmente caemos en ella!
Si nos paramos a pensarlo bien seguramente lo que nos atrajo es lo que nos diferencia, lo que nos equilibra, lo que nos complementa. 
Y todo eso es lo mismo que hace que percibamos las cosas de manera a veces tan distinta.
Querer a la otra persona implica un cierto grado de incomprensión ante sus actos. Nuestra limitada cabeza no alcanzan a comprender todas las conexiones neuronales ajenas. 
Tu pareja no dejará nunca de ser un misterio insondable. 
Y los misterios infunden respeto y una cierta fascinación. Pues eso.